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Inicio >Corea, República democraticaParaíso financiero Economía, incentivos fiscales & condiciones laboralesEn realidad en Corea del Norte no hay libertad sindical. Los sindicatos independientes están prohibidos. La única organización sindical autorizada, la Federación General de Sindicatos de Corea está controlada por el partido único, el Partido de Trabajadores Coreanos que opera según el antiguo modelo "estalinista" y es responsable de movilizar a los trabajadores/as para que cumplan con las metas de producción, además de prestar servicios de salud, educación, cultura y bienestar.
En abril de 2005, la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución sobre Corea del Norte en la que condenaba "las restricciones generalizadas y severas a la libertad de... reunión pacífica y asociación..." e instaba al gobierno a corregir estos problemas de derechos humanos, entre otras cosas "observando las normas de trabajo internacionalmente reconocidas...". El gobierno controla incluso los aspectos más básicos de las relaciones empleador-trabajador.
Los trabajadores/as no tienen el derecho a negociar colectivamente; los Ministerios gubernamentales se encargan de establecer los salarios.
Rodeados por alambres de púas y soldados armados, los trabajadores/as de Corea del Norte de la Zona Industrial de Kaesong están estrictamente controlados y bajo la constante vigilancia de las autoridades. Human Rights Watch indicó que el Ministro de Unificación coreano había afirmado que no hay presencia sindical en la zona. El gobierno de Corea del Norte elige a los representantes de los trabajadores/as en las fábricas de la zona y su designación debe ser aprobada por la dirección de la compañía surcoreana.
El Relator Especial de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, así como numerosas fuentes gubernamentales y ONG, han constatado que el gobierno recurre continuamente al trabajo forzoso, lo que en principio constituye la antítesis de la libertad de los trabajadores y trabajadoras a asociarse. El gobierno envía además trabajadores/as al extranjero, a países como Bulgaria, China, Kuwait, Mongolia, Polonia, Rumania, Rusia y Yemen. Pyongyang mantiene un estricto control sobre estos trabajadores/as y se lleva la mayor parte de sus salarios. Numerosas pruebas, como las obtenidas en la República Checa, indican que los trabajadores/as están obligados a ingresar la mayor parte de sus salarios en una cuenta bancaria centralizada, no gozan de libertad de expresión y van siempre acompañados por un guardia de la embajada, que actúa como intérprete. Un antiguo funcionario de la Embajada de Corea del Norte describió su situación como trabajo en condiciones de esclavitud.
Zona franca de Gae-Sung.
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